No sobreviví a estos
letales ataques, sin embargo renació una persona parecida físicamente a mí pero
completamente diferente en pensamientos y filosofía de vida con los recuerdos
de aquella inocente y tonta persona pero con muchos cambios frecuentes según
las situaciones, desgraciadamente en éste sistema es letal ser bondadoso y
noble. Con el tiempo he aprendido a hacerle caso a mis instintos, ya no se vale
a “no creo que pase” “tal vez no suceda” “es mi imaginación” “a mi no me
pasará” y aunque también es importante no hacer suposiciones para no hacer
historias fantásticas llenas de falsedades, es bueno, saber leer las señales y
conjuntarlas con un enfrentamiento sin tapujos, sin miramientos y sin complejos
para evitar las mentiras y las indirectas.
La serpiente no merecía una muerte, pero a decir verdad, me
aleje con miedo de ella y le guarde rencor, según pasaron las semanas,
comprendí que similar a aquel cuento del alacrán quién le pidiera a una rana su
voto de confianza para ayudarlo a cruzar un caudaloso río, prometiéndole que no
la picaría por el bien de ambos, pero a mitad del camino este artrópodo actuó a
traición y termino ensartándole su aguijón al anfibio haciendo que ambos se
ahogaran. No era porque el alacrán creyera que se iba a salvar, él sabía
perfectamente que moriría si hacia esto, simplemente no pudo evitar su
naturaleza, del mismo modo pasaba con la serpiente, sólo atendía el llamado de
su natural forma de cazar presas. Pero eso no significa que me alejé por
completo sino que tomé mis precauciones para acercarme a dicha víbora, además
que su veneno el cual aún yace en el cuerpo frío de una persona diferente me
enseño una valiosa lección, que tiene sus pros y sus contras: “sólo se vive una
vez” (YOLO) … aprovéchalo. Voy a vivir toda mi vida con ese veneno en mi cuerpo
así como me ha pasado todos estos años con el veneno de la cascabel, y sólo
de mi depende que mañana no aparezca una cobra y haga lo mismo, pues ¿Cuántos
venenos tendría o sería capaz de aguantar mi cuerpo? ¿A cuántos más los
expondría? En este proceso de quererme, debo cuidar de mí, cuidar mi alma
preservar mi cuerpo, y haría que el mundo conspirara para no volver a envenenar
mi alma, aunque esto implique que tal vez sea la persona más cambiada del
mundo.
A lo mejor algunos podrán ver a una persona insensible y con
cambios malos, otros podrán decir, que es la única forma de sobrevivir, SIENDO
CABRON, yo creo que todos están equivocados, pero sólo es mi creencia. No me
adelanto a decir que voy a ser sólo yo y nadie más que yo, sino que el día en
que me retorcí de dolor por el veneno, entendí que no me la quiero vivir
llorando toda mi vida, pues hay cosas maravillosas que experimentar, hay cosas
tan sencillas que me pueden hacer más feliz, y esto sin dañar a nadie. Podrías
decir, “yo te quiero, tú me importas y por eso sufro al verte así” entonces, te
contestaría; gracias enormemente me siento halagada pero, Dios, te dio una
persona a quién cuidar y a quien proteger, y ese eres tú mismo, y no hago las
cosas por morirme, porque sin hacer nada me muero todos los días. Así que,
aunque suene trillado, hay que vivir la vida al máximo, porque de todos modos
no vamos a salir vivos de ella…
¿Quieres hablar de mi conducta? ¿De mi forma extraña de ser?,
entonces supongo que lo estoy haciendo bien, pues mi vida te parece aún más
interesante que la tuya, ¡adelante! Eso me anima a seguir el camino, a lanzarme
de un paracaídas, a bucear en un barco hundido, escalar un volcán, probar tacos
de gusanos y embriagarme con mezcal ó aguardiente, a fumar mota, o a comer
hongos, a tener el mejor orgasmo de mi vida, y gritarlo a los cuatro vientos, a
plasmar con tinta una idea en mi cuerpo, y a tener el cabello con mi color
favorito, a raparme, liberar oxitocinas al correr, al reír, abrazar, cantar o
bailar, a probar todo si se me antoja la regalada gana… ¿quieres decir que intento ser rebelde por
probarlo? ¿Me haré borracha, drogadicta o sexópata? Las muestras gratis de los
perfumes en el centro son sólo probaditas, y es exacto lo que busco, ¿no te
parece? Entonces qué pena, igual lo haré…
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