Y ahí me encontraba, sentada en la elegante sala de espera de la terminal de autobuses en Juchitán Oaxaca , escuchando música y recordando que faltaba 1 hora (si es que no se retrasaba) antes de que llegase mi siguiente camión que me llevaría a mi flamante ciudad de Pochutla. De pronto volteé a ver que mis converse pedían un grito de auxilio al agua y al jabón, pero lo que me llamo la atención fue que justo al lado de ellos, en el piso había un tipo de pasta negra revuelta con pasta blanca… y al observar bien, resulto no ser una pasta, sino más bien, una zurrada de pájaros, a lo que pensé “ si hay popo en el suelo, entonces el enemigo debe estar... ” e instintivamente y aterrorizada fijé la mirada al techo y los vi. Más de 30 tórtolas trepadas y durmiendo en las varillas de la lujosa marquesina. Así que como pedo que lleva el aire, me aleje del lugar de fuego y me ubique rápidamente en otro lugar lejos d...
Cuando no hablo... entonces estoy muerta