Hace poco más de un año, me di cuenta que la relación con mi
actual pareja, la estaba manejando de igual forma que una relación pasada la
cual termino siendo tóxica, y por el miedo a que las cosas me llevaran por el
mismo camino, me autoanalice y pude ver que los errores que había cometido en
el pasado, comenzaba a llevarlas por el mismo rumbo por lo que decidí cambiar.
Así que en esta relación, manejaba las cosas con más calma y
hace apenas unos meses me dije que iba a dejar de ser un dolor de huevos para
mi novio (porque algunas ocasiones las mujeres con tanto reclamo, lo somos) y
debía ser más participativa, más amable, más atenta, aunque cabe recalcar que antes
lo era, pero ahora quería aumentar la intensidad, que fuera obvio mi amor,
pensando que si es uno él pone de su lado, el otro se enternecerá y no tendría
motivos para ser un hijo de perra e igualara el comportamiento, y esa sería la
base para una relación exitosa, duradera y auténtica, pero las cosas no
resultaron de ese modo.
Resulta que aquel se sintió tan valorado que se sobre valoró…
es decir, sentía ser merecedor de todas las atenciones de mi parte, y de verdad
que al principio no me molestaba, pero empecé a recordar, que las mujeres de
antes preferían darle a su esposo, el mejor plato de comida, ser atentas ser
serviciales y terminaron siendo trabajadoras domésticas y fue ahí donde recordé
la frase: "el pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla" y me dije… “Ni
madres”
Entre más atenta era yo, más descuidado era el, y así
comenzó el reinado de Lencho II, lo siguiente es solo por dar un ejemplo:
1. Ya no me tomaba de la mano cuando nos bajábamos
del taxi, ni siquiera volteaba a verme.
2. Nunca de casualidad se ofrece a ayudarme en las
labores domésticas, si lo pido lo hace pero incluso así, algunas veces me ha
rechazado.
3. No le gusta ir con mis amigos, le tengo que
insistir mucho y hace lo imposible por faltar
“No encontré taxi”, “me quede dormido”, “mi mejor amigo, el teporocho de
la esquina estaba de festejo y ni modos de dejarlo solo” etc.
4. Cuando fumamos, le tengo que recordar que lo estamos compartiendo
5. No tiene ningún gesto atento que indique que soy
su novia, cuando estamos en reuniones sociales, es servicial con medio mundo,
excepto conmigo
6. Me arriesgué a pedirle a suplicarle que me
tallara los hombros, aunque al final su respuesta fue la que predije, paso sus manos
por mis hombros webonamente, y me dijo que tenía mucho sueño que lo disculpara y
tuve que dormirme llorando del terrible dolor
7. Siempre quería las cosas preferenciales, lo mejor,
sin ni siquiera hacer el intento de preguntarme si yo estaba bien. Ejemplo:
- El mejor lado de la cama, solo porque el ventilador se siente mejor ahí
- Si veíamos videos en la laptop acostado en la cama, quería estar en frente, porque ahí se está más cómodo, yo siempre estaba tras de él sufriendo con su enorme espalda.
- Tomaba la mejor almohada
- Primero en dormirse para no apagar la luz
- Siempre elige el mejor lado del carro, las esquinas, para que de ese modo no sufra por el calor; a mí me manda siempre en medio
Tengo la sensación que entre más doy, menos recibo. Resulta
igual si:
1.
Le ayudo a limpiar su cuarto
2.
Le lavo su ropa
3.
Le hago de comer
4.
En ocasiones le ayudo con su tarea
5.
Intento impulsarlo a superarse
6.
Le doy días con sus amigos que es libertad
7.
Fumo con el
8.
Tomo con el
9.
Experimento y propongo nuevas cosas
10.
Lo acompaño con sus amigos (aunque no sé si a estas
alturas, eso se considere como favor, o finalmente soy un estorbo)
11.
Lo consiento si se enferma
12.
Me metí su música a mi corazón, solo porque a el
le gusta
13.
Intento ya no oponerme a los días sexuales, ni
tampoco a las posiciones
14. Le he pasado detalles importantísimos para una
mujer, como que no esté durante mi cumpleaños, o que falte a la decisión y el
dolor más grande hasta ahora: mi unicornio.
Por supuesto, no siempre fue así, y no siempre es así, tiene
sus momentos, cada vez más pequeños y más escasos, pero los tiene. Y me hace
preguntarme… ¿es mi culpa? ¿Lo hice perezoso? ¿O es que simplemente, fue un
conchudo hijo de fockiu, que tomo el camino fácil pero que fue el él que
decidió seguir de webón y aprovechar la oportunidad de sentirse en un reinado? ¿Debo
culparme yo por ser amable, servil y atenta si soy un maldito amor de persona, un
amor de novia?… Yo creo que la respuesta es un rotundo “NO” y si pienso lo
contrario entonces estoy destinada a repetir los errores de la historia.
Y finalmente surge la pregunta más importante ¿Debo seguir
con él, o si se puede solucionar? Porque he de recalcar que de falta de amor de
ambos no se trata.
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