¿Quién, siendo una persona que se ame, podría arrancarse un
brazo o una pierna?
¿Quién, siendo una ser humano pleno y consiente de la vida,
podría convertirse en su peor enemigo?
Pareciera que te encontrabas sonriendo, colocaste tu
antebrazo en tu boca, apretaste fuerte y arrancaste un pedazo, segundo después dejaste
de sonreír, dijiste ¡auch! ¡Duele! comenzó un dolor tan agudo que el llanto pronto
hizo acto de presencia y por el dolor comprendiste que no debiste hacer eso,
que forma parte de ti.
Siento como si hubiera arrancado con mis propias manos mi
alma, o un pedazo de mi cuerpo, siento como si hubiera estado inconsiente de
lo que hacía y tan pronto como desperté vi la locura ensangrentada
en mis propias manos. Como si yo fuera el enemigo del que había que cuidarse.
De pronto todo era gris. Había lacerado las ganas de vivir de las que antes
rebosaba y ahora se encontraban en cenizas, una ciudad en ruinas que ignoraba la catástrofe
que se avecinaba, una decisión que cambio totalmente la vida en muerte.
Los venenos de las serpientes eran historia con este nuevo
hecho, yo era mi propio y más letal toxina que emanaba rápidamente mis venas
principales y tomaban una carrera a mi corazón.
Este dolor de destierro de mi propio cuerpo parecía una
locura interminable, estaba al borde de la demencia, no entendía como había sido
capaz de hacer semejante barbaridad, era una pesadilla de la que jamás
despertaría.
Arrancar una semilla con raíces del suelo que lo haría
florecer, y aunque plantar una nueva sería la opción, yo quiero la que estaba
primero. Entonces ¿Por qué la desprendiste de su hogar de sus nutrientes? jamás regresará, jamás será la misma, así plantes miles, jamás será lo mismo…
Los días jamas volverán a ser iguales... el infierno comenzó…
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