Recuerdo que cuando incursione en este basto mundo de una
cosita llamada Internet, mi primera cuenta de correo electrónico la abrí en
latinmail (creo que ya ni existe ese portal). Y en esa misma página me la
pasaba horas y horas en el chat, o bien jugando en línea Batalla Naval, que es
un juego (válgame la redundancia) donde colocas tus barquitos de forma
horizontal o vertical como prefieras en una matriz de cuadros, pero obvio el
oponente no puede ver como los acomodaste, a continuación llevan a cabo una
batalla uno a uno hasta que alguno de los dos le atine a cualquiera de los
barquitos del oponente, si alguno le llega a pegar a un cuadro de la matriz
donde se encuentre uno de tus barcos dobletea el turno hasta que deje de
atinarle, en fin… este blog no es para enseñarles como jugarlo, porque ya hasta
la película salió con Rihanna. Más bien se trata de que algunas veces siento que
mi vida es una chistosa metáfora de aquel juego, donde los barquitos son los
seres que más aprecio en la vida y por lo que siento que podría perder aquella
batalla si llegaran a derribarlos por completo. Algunas veces han llegado a
pegarle a alguno de ellos en uno sólo de sus cuadritos pero continúan el juego,
algunos de los barcos son muy chiquitos y aunque es más difícil de atinarles
una vez que lo hacen también es fácil derribarlos. Siento que he jugado con
mucha suerte por mucho tiempo aquella batalla y en el correr de los años he
visto como otros jugadores pierden piezas importante, yo estoy invicta y me
aterra estar en aquella situación, cada vez quedan menos casillas y es más
fácil atinarles y yo siento como tiemblan mis piernas, como me hago pis en los
calzones del puro miedo que me da que suceda algo.
Pero bueno, bien dicen que no puedo pasarme la vida pensando
en que voy a caer o en que algo malo suceda, porque desafortunadamente pasará y
nada puedo hacer para evitarlo, de ésta vida no saldremos vivos, la cuestión es
¿cuándo? No sé, ¿a qué hora? Tampoco se, ¿a quién exactamente? Menos, lo único
que sé es que “cuando te toca aunque te quites y cuando no aunque te pongas”
seguiré sintiéndome afortunada de conservar a todos mis barquitos aunque unos
ya tienen algunos ataques siguen a flote y mejor aprovecharlos al máximo.
Este mes es para todos aquellos que hayan perdido esa
batalla naval, a quienes hayan perdido a una flota importante, está noche es
para ti mi querido amigo Anibal… ¡Descansa en en paz!
“Dile a las estrellas ahora que eres eternidad, que te
busquen un buen sitio una buena localidad” Tux di Filliato
“No hay muerte, sólo hay mudanza” Facundo Cabral
“Y borrará toda lágrima de los ojos y la muerte no será más,
ni existirá ya mas lamentos ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado” Revelaciones 21:4
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