No sobreviví a estos letales ataques, sin embargo renació una persona parecida físicamente a mí pero completamente diferente en pensamientos y filosofía de vida con los recuerdos de aquella inocente y tonta persona pero con muchos cambios frecuentes según las situaciones, desgraciadamente en éste sistema es letal ser bondadoso y noble. Con el tiempo he aprendido a hacerle caso a mis instintos, ya no se vale a “no creo que pase” “tal vez no suceda” “es mi imaginación” “a mi no me pasará” y aunque también es importante no hacer suposiciones para no hacer historias fantásticas llenas de falsedades, es bueno, saber leer las señales y conjuntarlas con un enfrentamiento sin tapujos, sin miramientos y sin complejos para evitar las mentiras y las indirectas. La serpiente no merecía una muerte, pero a decir verdad, me aleje con miedo de ella y le guarde rencor, según pasaron las semanas, comprendí que similar a aquel cuento del alacrán quién le pidiera a una rana su voto de confianza ...
Cuando no hablo... entonces estoy muerta